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Bailarina balinesa

Así como Malinowski es recordado por Los argonautas, Evans-Pritchar por Los nuer y Lévi-Strauss por Tristes trópicos, Geertz lo será por Negara, probablemente el más lúcido análisis sobre la escenificación del poder en el Bali precolonial, y una pieza maestra sobre el potencial de la antropología para la interpretación histórica.
Ni tiranía ni gobierno burocrático, el Negara era un espectáculo organizado para dramatizar hasta un extremo casi ofensivo la desigualdad social y el orgullo estamental; pero, al mismo tiempo, para recordar a todos, tanto metafórica como ritualmente, sobre la legitimidad del orden existente.

 

Teoría e Historia de la Antropología II

La estructura del curso se orienta en torno a la aparición y desarrollo de ciertas relaciones conceptuales que han tenido un impacto decisivo sobre el carácter y la constitución del corpus teórico de la antropología social. Su propósito es analizarlas y discutirlas presentando la historia de esta especialidad como una problematización permanente sobre las sociedades y sus representaciones. Temporalmente abarca desde fines del siglo XIX hasta fines del siglo XX. [Descargar programa]

Antropología cultural, antropología social
Dos especialidades, dos líneas evolutivas

Si el primer capítulo sobre la historia del pensamiento antropológico puso énfasis en el concepto de cultura y el paulatino desarrollo de la antropología cultural, este lo hace más bien en torno a la antropología social y sus nociones, una especialidad cuyas raíces penetran profundamente en un suelo contiguo, pero también diferenciable, donde a momentos se separan y a momentos se entrecruzan cuatro grandes tradiciones de las ciencias sociales: el racionalismo, el empirismo, el interpretativismo y el marxismo. Cómo concibe la realidad cada una, sobre qué tópicos insisten, quiénes las representan, y, sobre todo, en qué circunstancias dialogan entre sí, son algunos de los aspectos que se consideran.

La interpretación en el centro de la escena. Clifford Geertz señala la necesidad de considerar más seriamente las cuestiones metodológicas dentro de la disciplina. Sería deseable, según su opinión, mayor reflexión sobre los significados puestos en juego cuando se producen los escritos antropológicos. Un tema sobre el que ya había insistido en El antropólogo como autor.
Una prolongada entrevista realizada por Alan Macfarlane en 2004, donde el célebre profesor de Princenton se refiere a todo, desde las influencias que gravitan en su obra, hasta los temas centrales de su etnografía.
© Alan Macfarlane
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Perspectivas y formas de abordaje
Cuatro tradiciones con relaciones complejas

La opción más corriente para ocuparse de ellas es tratarlas como alternativas irreconciliables y casi autistas; sin embargo, esto puede distar mucho de ser así. En antropología social, los inicios de la tradición interpretativa están ligados al nombre de Max Weber; y, en particular, a sus ensayos sobre India y China. Pero ambos corresponden a un período en que la producción del sociólogo alemán está considerablemente influida por las ideas de Marx y Nietzsche. ¿Cómo es posible que la visión de la realidad procedente de un solo estamento termine siendo la razón legitimante para todo el orden social? ¿Qué condiciones y procesos conducen a este fin? Las respuestas de Weber, sorprendentemente, a momentos se encontrarán más cerca de La ideología alemana y del Prólogo a la Contribución a la crítica de la economía política que de aquellas líneas de la Etica protestante que en un principio configuraron su programa y que normalmente han servido para encasillarlo.

Cuando en los años '30 Talcott Parsons se ocupa de difundir la obra de Weber en Estados Unidos, se cuida de presentarla purgada de estas influencias, trasmutando más bien los significados weberianos (algunas de cuyas implicancias podían incomodarle) en algo procedente de otras dos fuentes: un concepto restringido de cultura tomado de la antropología local con un fuerte tinte empirista de inspiración particularista, y la noción de representaciones colectivas tomada del racionalismo durkheimniano. Década y media después, Parsons es figura en Harvard, y cuenta entre sus alumnos a Clifford Geertz, quién le seguirá sólo por un tiempo para reprocharle, después, el haber desperdiciado las posibilidades del proyecto interpretativo por perseguir la quimera de una teoría unificada sobre la acción social.

Geertz, empero, tampoco volvería siempre a Weber. Su peculiar visión de los problemas interpretativos lo acercarán más, en todo caso, a pensadores como Wittgenstein, Ricoeur y Gadamer; dejando más bien a Bourdieu, y a su noción de capital simbólico, el mérito de haber planteado con más constancia ese retorno, aunque más no fuere, desde la cuna misma del racionalismo.

Racionalismo francés y empirismo británico
Una asociación fructífera

La historia del racionalismo contemporáneo se remonta a Émile Durkheim, el teórico más influyente en la antropología social del primer tercio del siglo veinte. Convencido de que los métodos científicos debían aplicarse al estudio de los hechos sociales, desde un principio sostuvo que la sociedad constituía una realidad sui generis que estaba más allá de los individuos que la componen. Casi desde sus primeras obras, la entonces incipiente comunidad de antropólogos puso la vista no sólo en su teoría social general, sustentada en el hecho de los valores compartidos por los miembros de una sociedad son los factores de cohesión que proveen la estabilidad social, sino también en su particular concepción sobre la estructura y funcionamiento de aquellas pequeñas sociedades aborígenes en las que la uniformidad manifiesta en las formas de hacer, pensar y sentir no expresa otra cosa que la fuerza de lo que en un comienzo el maestro francés llamó la "conscience collective".

Durkheim y sus discípulos proveyeron, en este sentido, no sólo la teoría sino también un modelo que la antropología social seguiría después durante décadas. Basándose en materiales empíricos tomados de fuentes muy heterogéneas, que iban desde relaciones de viajeros y documentos administrativos hasta informes etnográficos profesionales, interpretaron que estos grupos demográficamente reducidos ofrecían ventajas para el análisis de fenómenos sociales que si bien presentes en cualquier sociedad, como las creencias o los sistemas de obligaciones basados en el intercambio, no se encontraban enturbiados allí por las complejidades y densidades accesorias de la modernidad. Es así que el círculo de L'année sociologique, con nombres como los de Marcel Mauss, Henry Hubert y Robert Hertz, producirá entre fines del siglo diecinueve y mediados de los años veinte algunas de sus monografías más celebradas.

Todas ellas compartirán, epistemológicamente, el mismo rasgo: haber arrancado a los hechos de su particularidad para llevarlos, razón mediante, a un nivel donde los juicios poseen una necesidad lógica y una validez universalmente rigurosa. ¿Cómo podría, si no, haberse demostrado que en realidad el Potlach descripto por Boas o el Kula estudiado por Malinowski responden, más allá de las obvias diferencias y de las distancias geográficas y culturales, al mismo principio?

Fuera de Francia, el pensamiento de Durkheim tuvo pronta aceptación en los ambientes académicos británicos. Su influencia se percibe ya en el trabajo de campo que Radcliffe-Brown realiza en las islas Andamán, así como en el desarrollo de determinados métodos y técnicas de investigación que, apoyándose en la idea de que experiencias sociales comunes están ligadas a representaciones comunes, ven legitimados los abordajes cualitativos basados no sólo en la observación participante, sino también en trabajar con un número reducido de informantes como agentes ubicuos.

Pero el cénit de esta relación no llegará hasta 1940, cuando Evans-Pritchard publique su monografía sobre la organización política y el modo de vida de un pueblo de pastores del Sudán nilótico: los nuer. Basándose en un antiguo trabajo de Mauss sobre las variaciones en la morfología social de las sociedades esquimales, y en la noción de sociedades segmentarias tomada de Durkheim, este profesor de Oxford no sólo dará cuenta de las estrategias ecológicas estacionales y de los sistemas de linajes de este grupo, sino que aparte cerrará el círculo que habiendo conducido en un momento dado de los hechos a la teoría buscaba ahora su confirmación a través de nuevas evidencias.

Staff
Responsable de cátedra: Lic. José Miguel Naharro
Jefe de Trabajos Prácticos: Lic. Miguel Leopoldo Costilla
Prof. invitado: Lic. Simón David Studer
Alumnos adscriptos: Sr. Gerardo Daniel Saiquita, Sra. Grit Koeltzsch

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